Dulcecanela

Arma de doble filo

Como droga me elevas

y me haces mal.

 

Tus brazos me cortan

tu boca lame la sangre de mis heridas

y tu saliva me quema.

 

Mientras te extraño mi pecho se queda sin aire

y cuando tú estás, tu aura me exaspera.

 

Eres un dulce de cianuro

delicioso, liberas serotonina en mi

pero en el momento en el que de mi vista te pierdes

me haces sufrir, oh dulzura, me haces morir.

 

Siento náuseas, siento que todo tiembla

si tú te vas

la vista se me pone borrosa

y el mundo ya no es un lugar feliz.

 

Te use para matar mis demonios

y terminaste matándome a mí.

 

Prometí no hacerme adicta

tomándote solo de vez en cuando

pero te empecé a necesitar

sin saber como ni cuando.

 

A necesitar la risa que tú me sacabas

a que me hicieras olvidar de todo.

 

Y te tome más seguido

sin darme cuenta,

de que estaba hecha un desastre.

 

Lo que era mi salvación

termino siendo mi verdugo.

 

Sabía que me hacías mal

no soy tonta cariño.

 

Que difícil desprenderse de lo que hace feliz.

 

Dijiste que era tu nena

que la vida era hermosa

que todo iba a estar bien.

 

Al final todo iba a resultar

Pero dulzura, todo salió al revés.

 

Nos queríamos sin querer

y nos hicimos daño sin querer.

 

Yo te pedí que no te alejaras

tú me dijiste que todo iba a estar bien

me diste tu fuerza

pero yo la use contra mí.

 

Tome todos tus males

con la esperanza de hacerte feliz

y nos destruí a los dos. 

 

Tú no me culpaste

Solo te alejaste

Y toda mi vida te llevaste.