Luis Cornelio K.

Extrañas compañías

Hoy en la soledad de mi habitación vuelvo

ha extrañarle, miro a mi alrededor creí sentir

su presencia su partida es tan notable y aun siento

la fragancia a rosas con la que solía excitarme, y la

tibieza de su cuerpo al momento de amarle,

quisiese que todo esto tan solo fuese un mal

sueño y que al despertar aun estuviese a mi lado

mas no es posible y de repente surgen lagrimas de

mis ojos. Esta soledad no es tan buen amiga me tortura

con fuertes comentarios de culpa suelo escuchar una

voz desconocida que me dice ¡¡¡ve por ella que tan bien

sufre!!! y es entonces cuando el orgullo se hace presente

y me lo impide de pronto la ira se hace presente y me

aconseja acabar con aquellos que me impiden amarle;

el miedo y el ego tan solo ríen y es entonces que

el pensamiento aconseja que ha llegado el momento

de olvidarle mas no estoy seguro de querer hacerlo

y es entonces cuando le vuelvo a buscar.