Alma Erótica José Luis Agurto Zepeda.

Diálogo de dos poetas enamorados

(28 de agosto 2014)

 

Amanecí con tu aroma entre mis manos,

y era una flor que arrimé a mis labios,

con los ojos cerrados te besé con cuidado

para no molestar el descanso de tus párpados.

(Él)

 

Anoche soñé que era una flor

y que tú  mi perfume bebías

palpé de tus besos el ardor

que con tu  suavidad yo los sentía.

(Ella)

 

Y mis manos acariciaban tus mejías ruborizadas,

por el erizar de tu piel encandilada,

y un torbellino de pasión se agigantó en tu pecho,

y mis manos los secuestraron para mí.

(Él)


Mi rostro buscaba el tuyo

en ese sueño de alba apasionada

en tus brazos suspiré profundo

 sin cesar  tu nombre yo pronunciaba...

(Ella)


Tus labios mi nombre pronunciaban y yo,

yo con mis labios los callaba,

quería sellar con un beso y dejar 

en carne mis deseos al alba.

(Él)


Si...mi boca con tu beso callabas

¡Pero mi piel tu nombre gritaba!

y tu nombre de mi cuerpo se adueñaba

cuando tus deseos me exploraban 

(Ella)


Y la luz del sol en nuestra piel impregnada,

tus ojos, tu piel, tu sonrisa era mi sol,

de otra luz yo no necesitaba,

era el calor de nuestros cuerpos,

era el ardor de nuestros deseos

brillaban al amanecer,

de nuestro amor el sol de los dos.

(Él)

 

Y en esa mañana  que tan nuestra fuera,

 nuestra piel se llamó alba.

Mi cuerpo alumbró tu cuerpo

porque por tus  deseos yo fui tu sol

cuando encendiste  mil sensaciones

en cada poro que respondía a tu dulzor.

(Ella)