Bernardino

QUIMERA

Una noche,sublime y estrellada,

un lucero me mira vacilante;

y parece decirme en su mirada:

Soy el alma de aquella vida errante

que te amó con pasión idolatrada

,

Yo también,como tú,sufro el flagelo

de esta ausencia mordaz,que m devora;

de mis noches de amargo desconsuelo;

de mis días sin luz y sin aurora.

 

Yo quisiera,lo mismo que un lucero,

seguirte en los espacios siderales;

alejados del mundo traicionero

y el sórdido vivir de los mortales

 

Tu recuerdo es la imagen que ilumina

el oscuro sendero de mi vida;

y como alma perdida en la neblina,

voy llorando el dolor de tu partid

 

Esta noche contemplo el infinito,

y ruego a Dios que, un venturoso día,

me lleve por el mismo senderito

allá donde tu estás,amada mía

 

Pero sabré esperar,con estoicismo,

el momento final de mi partida;

que la muerte me saque del abismo

fatal y doloroso de la vida.