LIZ ABRIL

¿QUÉ SIENTO?

¿Qué siento? ¡Qué fácil!

Me preguntas qué siento...

Me dices que te diga

o te escriba que te amo.

Y yo estoy congelada, aletargada.

Busco y rebusco una respuesta,

no para ti, sino para mí misma.

Otra vez tus gestos,

otra vez tus miradas,

tus palabras, tus caricias,

tus besos, tus abrazos.

Por eso nunca volveré a decir “nunca”.

Tengo deseos de verte,

pero aún no te extraño,

porque me acostumbré a no tenerte

y fue muy doloroso acostumbrarme.

Hoy vuelves a decir “toda la vida”

para poblar mi vida con tu ausencia.

Tengo miedo, yo sé que tengo miedo.

Que lo que me bloquea es el terror

de volver a pasar por el mismo dolor.

Tal vez mis sentimientos están embotellados,

 sellados con un gran corcho puesto a presión

y no quiero todavía liberarlos.

Escarbo y escarbo en lo profundo de mi ser

y lo que encuentro es un gran vacío.

Un pozo oscuro, tanto como tus ojos.

Tal vez te llevaste tu amor junto con el mío.

Lo extirpaste como si fuera un tumor,

y hoy que quiero hallarlo sólo encuentro los restos.

Indicios vagos de lo que un día existió.

¡Qué no te amo! ¡Tampoco es tan así!

Tal vez el amor que sentía por ti

me atacó y yo me defendí,

como se defiende el cuerpo

cuando hay un cuerpo extraño.

Lo acorralé, lo aislé

y luego le quité las esperanzas

y las ilusiones dejándolo sin armas;

y después lo cubrí con toda la tristeza

y la nostalgia hasta ahogarlo,

hasta taparlo, hasta esconderlo,

hasta enterrarlo

junto con todos los recuerdos

y aquel llanto amargo.

Sobreviví  más allá de mí misma,

intentando ser aquella mujer

que tú hiciste a tu manera.

Intentado amar, intentando ser feliz,

intentando día a día estar “entera”.

Sobreviví y caminé erguida,

pero nunca he vuelto a ser esa mujer.

Y todo lo demás sólo fueron vanos intentos,

momentos vanos,

día a día juntando los pedazos.

Hoy vuelves a mi vida

y no puedo encontrarme.

Aún estoy perdida.

Aún me siento sola.

Aún estoy vacía.

Tal vez traigas contigo

lo que te llevaste.

Tal vez, de golpe, en un abrazo,

vuelva a ser la misma de otro tiempo

y este tiempo quede en el olvido.

Yo no sé. Aún no sé.

Ni sé si he de saberlo.

Supongo que aún te amo.

Porque un amor tan grande

no puede morir.

Sólo sigue escondido,

cubierto de tristeza

y empolvado de nostalgia,

Hoy los recuerdos lograron escaparse

junto con algunas lágrimas. 

Pero mi amor sigue aislado,

adormecido y sin armas.

Tal vez si le devuelvo

la esperanza y la ilusión

pueda pararse y volver a luchar.

A luchar por tu amor,

no por destruirme;

a luchar por vivir,

no por matarme.

Tal vez si le devuelves

la esperanza y la ilusión

pueda volver a sentirse grande

Tal vez sólo tu amor

le infunda el valor

para volar como antes.