GuillermoO

Nuevo poema

Soy el exiliado de algún sueño imposible.

Los abrazos

que acudieron como oficio de los dioses,

hoy son parcelas divididas dentro de mi pecho,

o

tiendas de pájaros madrugadores para la venta o resurrección.

 

Quítame este extraño traje de luto,

ampárame

hasta borrar el mendigo que hay en mí.

Ayúdame a verter mi pequeña cosecha

en una tierra que no sea minúscula,

que no duela el alma.

Has que la luz,

ahora velada,

me impulse a salir del pozo de silencios,

me cubra para obtener nuevas razones,

y yo pueda sostener, otra vez, tu cabeza magnífica en mis manos.

 

Ahora sueña mi nombre.

Dilo.

 

G.C.

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