Enrique del Nilo

ENCUENTRO CASUAL

Andando por los senderos de la tarde

con el dulce sabor del día vivido

buscaba donde relajar el sentido

obligando a la almohada a que me aguarde

y suplicando al reloj que se retarde

 

Nos confundimos por entre aquel bullicio

donde mil almas con un solo objetivo

cruzan sus caminos sin mayor motivo

que aligerar su cuerpo y mente en el vicio

luego de haber sacado filo al oficio

 

Entre las risas y gritos estridentes

se dejan acariciar unos acordes

son unas quejas harto inmisericordes

que a todos nos hacen rechinar los dientes

pretendiendo fingirnos indiferentes

 

Cuenta historias que parecieran sacadas

de un cuento de esos de las mil y una noche

y mientras canta en su trino hace un derroche

aprisionando lagrimas asomadas

que ya tiemblan al ritmo de las tonadas

 

Se precipita el licor por mi garganta,

se ha callado para mi la muchedumbre

prendo un cigarro casi que por costumbre

me voy acercando al que esta noche canta

y lo que veo de momento me espanta

 

Hay un espejo colgado de la nada

el que refleja mi cara de asombrado

entre mis dedos las cuerdas se han trenzado

y me quema aquella luz de mi mirada

y me ahoga la lágrima estrangulada