Gladys María Henao Cortez.

El Sapo, El Saltamontes y El Camaleón.

Era se una vez un sapo , que tenía tanta hambre...

que no sabia que hacer; de pronto vio  saltar a un pequeño saltamontes y

 se emocionó al saber que le daría algo a su estómago.

Lo qué no sabía era que alguien estaba cazando la misma presa.

El sapo desesperado por comerse al saltamontes;

hizo una pequeña trampa: se escondió en la orilla de ese rio,

donde había unas hierbas  espesas  y espero, y espero hasta...

que al fin llego el pequeño saltamontes.

-Me posare aquí a descansar en este verde pasto y cantaré

mi champeta favorita -dijo el saltamontes-

Había una princesa que lloraba...-Cantaba feliz  el saltamontes-

En el momento en que el sapo se da cuenta de que su presa está cantando;

tira su lengua para tomar al saltamontes, en ese mismo instante el camaleón

hace lo mismo y se enredan las lenguas de ambos. y el saltamontes sale huyendo.

- uf casi que me pescan esos dos hambrientos, dijo el saltamontes-

-Oye que paso? le dijo entre lenguas el sapo temeroso del camaleón-.

-eso mimo me pregunto... si el saltamontes era mío, dijo el saltamontes-.

-¡Y ahora!; comentaron los dos-.

Sin comprender lo que les pasaba  a estos dos  reptiles, dejo de cantar el saltamontes; 

bajo de la finita hierba  y  despúes del susto, llego hasta donde estaban ellos.

Y sin mediar una palabra; salto a hacia sus  lenguas enredadas,

hizo por haber hasta desenredar el paladar de los  reptiles.

Quedaron tan sorprendidos de los gestos del saltamontes.

¿Qué paso?. Confundidos quedaron y no importo nada que...

 ganaron un amigo un más, quien lo creería.