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¡Oh, por cuanto doy, Dios mio!,
que el tiempo viaja como fugaz,
por mi sabia e indeleble audaz,
que por hoy vi un triste calvario,
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viaje en el tiempo, que por hoy tengo,
y entre mis manos el gran pecado inmortal,
de la manzana en un paraiso que pretendo,
que hoy, sea un recuerdo del eden terrenal,
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¡Oh, por cuanto doy, Dios mio!,
que Tu regreso sea uno de gran piedad,
que hoy, venero tu intelegible obra en realidad,
y que por hoy sabes que tu virtud es encomio,
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viaje en el tiempo, que por hoy recuerdo,
que en triste agonia, Tu vida, fue de Dios mio,
y que hoy, tengo tu pasion en mente por retracto,
cuando en el viaje del tiempo vas Tu, Dios mio.
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