calixtoelpoeta

UNA COPA DE VENENO

Bajo un profundo llanto me retuerzo;

pues mi estrella no volverá a brillar jamás,

como cuando era alegre y vivaz;

aunque lejano tenga el ensueño,

ya nadie me retornará la paz.

 

Ahogado en una copa de veneno,

voy bebiendo tantas lágrimas derramadas

con el suspiro asfixiante de la muerte;

la misma que vigila mi padecimiento

y me hace inclinar hasta revolcarme en el suelo.

 

¡Qué negra desventura me azota!

De una falsa sociedad sin compasión,

recibo todo el desprecio por dentro;

sólo la ceniza recubre de abandono

la cruenta enfermedad que me va extinguiendo.

 

Tan sólo por falsas esperanzas,

mil ilusiones se echaron a perder;

entonces, brotó el odio que me quemó

con su lava candente y salvaje;

subió como la marea roja de la caldera

para envolverme más y más en su fuego insaciable.

 

Oscura es mi existencia, tan agobiada

desde mi largo lamento ya sin fuerza,

hasta mi dolor fiero con violencia;

apilé demasiado silencio turbio

porque se destroza más el que nada expresa.

 

No hay necesidad de humedecer,

ni con sangre, ni con llanto

la profundidad de mi quebranto;

mora más en la agonía quien no se queja,

porque no aguanta la pena que lo atormenta.

 

La luz perpetua ha de eliminar

esta tortura que nadie comprende;

tirado como un sobrante de la humanidad,

sin sentido, arrastrando mis despojos

y llevando el vacío que da la soledad.

 

¡Una copa más de veneno para acabar!,

pues en gotas verteré la tristeza de la mirada;

y si mi vida se apaga, recojan mi resto

hasta volverme nada en otro tiempo;

que el veneno sea lentamente,

el consuelo hacia el descanso eterno.

 

José Alberto Laiton C.

1999 © Copyright