Davileine Borrego

ENGAÑANDO AL CORAZÓN

ENGAÑANDO AL CORAZON.


Desde ese instante
en que mis ojos vieron
tu partida, cada tarde 
tomo el te, mirando los barcos
pasar, con una sola esperanza
que en uno de ellos, tu vendrás. 

Es como engañar al corazón
y aspirar a que nos crea,
sera mejor que morir de
angustia, sin saber lo que
se espera, o acaso pudieras
decirle a la la luna que no
necesita del sol.

Es tortura para el corazón
engañarlo, cuando ya sabemos
de ante mano que no nos creerá.
Y mas tortura sera, esperar
sin hacer nada, aunque con
nuestra voluntad no basta,
por mucho que se quiera.

Entonces sigamos engañando
al corazón, aunque no creo
que lo entienda.