El poema.
Apóstol de la palabra muerta.
Ramillete de golondrinas
en la mano de una niña ciega.
Mi poema, mi poema.
Él duerme en su sueño,
recoge de sus párpados
la sangre del silencio.
Mi poema es un domingo
que escribe el poeta
en ausencia de pájaros
tristes.
Maldición del poema y el espejo!
Escojo la mano que arderá
junto a todo lo que ha de llover.
Mi mano es una peregrinación
a la profecía del poema.
Poema de venas ausentes
sed que brota del agua
y nos hace arder.
Poema asceta
en el refugio de mi dolor.