Hector Adolfo Campa

Mujer, niña de mis versos...

Mujer, niña de mis versos

Cuántas cosas

Hay entre los dos,

Silencios, dolores

Distancias,

Bolígrafos, papeles

Y canciones,

Melancolías

Y nada.

 

Hay un estupor entre nosotros

Concurrido de caricias añejas

Raídas de tanto repasarlas

En las memorias de los dos.

 

Mujer, sombra de mi pluma,

Cuánto tiempo me toma tu trazo,

Cuánto esmero de lágrima

Y tinta,

Para dibujar sobre mi abrazo tu línea.

 

Cuencas de vidrio tapizan mi suelo,

Cruje mi caminar desorientado

Como grito de mi ser y su delirio;

La rosa de los vientos y mi camino

Estarán siempre en duelo,

Al ritmo sonoro de mi paso perdido.

 

Mujer, blanco papiro impío,

Sacrílega ave que sobrevuela el poderío del Olimpo;

A tu ayuda mis versos rezan y concurren,

Bajo el velo de la impura soberbia

Con que los sacuden los golpes del tiempo.

 

Mujer, sepulcro de mi canto,

Mis voces en ti se acurrucan,

Cuando tus labios mi beso

Intranquilos buscan;

¡Oh mujer! Entierra en mi pecho tu fina mano,

Arranca el corazón fermentado

Con latidos que por ti retumban,

Bébelo, y con mis venas en tu vino

Ve llevándoles a su cielo añorado,

Y a su último descontento...

Su último arrebato.