Juan Manuel Hernández.

ALICIA DESPIERTA DE LA MARAVILLA.

Alicia en su mundo de fantasía.

 

 

Alicia está contenta, pues acaba de entrar en el mundo perfecto,

un país algo extraño, lleno de alegría y amor,

no se ve en sus calles el dolor, los vecinos son animalillos

algo amables.

 

En su estadía conoció un conejo muy peculiar,

un gato que da miedo, se desaparece a petición.

Cuando lo necesitan no está, pero si se escucha

su voz, Te aconseja con tono algo burlón, pero

sabio siempre al fin.

 

Alicia se siente protegida, pues sus amigos la quieren,

y darían su vida por verla reír, por protegerla, y más aún,

por amarla y quererla hasta el fin...

 

Alicia lucha cada día contra la malvada reina,

Ejerce su revolución el el País de las maravillas,

Todos la quieren en ese lugar, Alicia es su heroína,

nadie quiere que se aleje de ese magnífico lugar.

Pero todo acaba, Alicia debe volver a su hogar,

y aunque ella no quiera, de ese sueño debe despertar.

 

 

Abre los ojos, y se ve en la cama de aquel triste hogar,

Donde su cama no es de madera, y su ropaje sucio está.

Donde su cuerpo le duele, pues está azotada por una terrible

enfermedad, su cabello no es rubio, y siente que se le cae

cada vez más.

 

¿Que te pasa Alicia? ¿Donde está tu sonrisa de cristal?

Sus ilusiones se marchan, pues su sedante se acabó,

y sólo tomándolo a su mundo ideal podrá viajar.

¿Alicia que harás? Se nota en tu rostro que te

desesperas cada vez más...

 

Alicia, que te impacientaste y decidiste buscar el camino a tu hogar,

Que llorando buscaste en tu armario la puerta a tu hogar,

que con las mejillas húmedas conseguiste la salida de este mundo irreal,

Ya no quieres sufrir, quieres tomar de nuevo tu café, si, con tu amigo

el conejo, ese que a pesar de su pelo, no se torna nunca viejo.

Vas en camino a tu mundo de fantasías y soledad,

Alicia, serás joven toda tu eternidad.


Juan Manuel Hernández.