Octavio97

Te dejo con tu vida.

Te dejo con tu vida.

Con tus proyectos,

con tu esperanza.

Con tus horas de tardanza en cada momento nuestro.

Con tu mundo tan inquieto.

Con tu sed de alegría.

Con la misma despedida con que dejo mi mañana.

Con la sed que tu alma,

me provoca al alejarme.

Pues simplemente me alejo.

Ya que podría decir que te dejo,

pero te dejo sin dejarte.

 

Te dejo en esta despedida,

con un dolor incontenible.

Con el escudo irrompible que produce mi temor.

Me llevo de tus ojos el color,

de tu piel el aroma.

De tu cuerpo la sombra,

de tu espejo el retrato.

Que miras a cada rato,

para saber si sigues siendo hermosa.

 

Te dejo simplemente por vos,

por tu luz y tú sombra.

Porque mi tristeza te asombra y no te quiero lastimar.

Por no poderte besar cuando mi alma me lo pide.

Por solo poderte llorar cuando mi cuerpo te necesita.

Si te dejo no es por dejarte,

y alejarme nada más.

Si te dejo una vez más,

es porque sé que esto no es una despedida.

 

Solo que es hora de mi partida.

No disfruto el dejarte.

Solo pido no me olvides,

pues yo de vos jamás he de alejarme.

No lo creas nunca creas.

Estaré en cada objeto que agradezca tu existencia.

En tus mentiras tan ciertas,

en tus lágrimas cristalinas.

En las rosas tan finas que envidian tu elegancia.

En tu fe y tú esperanza,

en el árbol que te posas.

Estaré en tantas cosas, sin dejarte jamás,

pues en mi mente siempre estarás y con eso ya me alcanza.

 

Solo te dejo y ya,

ya no hay nada que decir.

Espero haya podido escupir esos piropos guardados.

Deseo que hayan sido de tu agrado,

que resalten tu júbilo.

Que en tu espalda corra ese hilo de transpiración helada,

que me muestra que en tu cara ya no entra alegría.