rodulfogonzalez

NADERÍAS

 

Tu puerta estaba abierta y entré

Porque tú me estabas esperando para gratificarme con tu amor.

Y apagué la luz

Y advino la penumbra

Con lírica complicidad.

Desordené y ordené.

Ensucié y limpié.

Rompí lo artístico y lo arreglé toscamente.

Le pregunté a quien sabía

Para que espantara de mí a los fantasmas de la ignorancia.

Preferí callar cuando nada tenía que decir para no pecar de aburrido.

Pedí permiso para tomar lo ajeno

Y devolví lo que prestado tomé.

No me atreví a manipular el artefacto que no sabía operar.

Me alejé de las tentaciones mundanas como si fuera un monje.

Me disculpé con quien mis palabras ofendieron,

A pesar de que no fueron proferidas con la intención de ofender.

Tuve misericordia con el vencido y no lo humillé.

Crucé mares embravecidos y ríos turbulentos

Para agradarte, amor.