A. Cuenca

Lo que el amor te hace hacer

No fui hombre suficiente para aceptar tu partida,

cuando por saber quien fui, me la tenía merecida.

…y por eso metí más la pata,

por amor traté de barajar la caída de mi familia,

con el corazón en tus manos y una puntada profunda en mi alma.

 

Lidié con mil fantasmas; estaba solo cuando mas te necesitaba;

y en medio de tremenda confusión, de sentimientos encontrados,

se encontraron aquellos desencontrados que no hacen uso de la razón,

aunque aún así, fueron una ilógica muestra de mi amor.

 

La mente apela al apego de aquello que perdemos,

y en el afán por recuperarlo perdemos la cabeza,

haciendo estragos aún mas grandes sin medir las consecuencias.

 

Quise mostrar haber cambiado, pero mi alma oculta no está a flor de piel;

y mis actos solo muestran lo que el alma no deja ver.

Mientras perdido entre tanta angustia, te amo a mas no poder.

 

El dolor crece y se hace presente con palabras que ya no quieres entender;

y es casi imposible dar a ver un cambio.

Solo, casi nadie puede cambiar,

y hasta no haber perdido todo y quedado totalmente solo,

no nos damos cuenta que seguimos mostrando quienes ya no somos.

 

Las lágrimas visibles no representan aquellas que llora el alma,

Y el implorar amor y perdón solo aviva la llama de la ira en quien ya te dio la espalda.

Te quise reconquistar con lo que mas odiabas,

haciendo uso de lo que pudo haber parecido extorsión.

…y aunque para mi no lo era,

era mi propia arma que tu empuñabas cuando en tus ojos al hablarte se veía enojo

…y lento pero seguro, me hundes en el lodo,

…mientras llora el alma; mientras sin darte cuenta y sin así quererlo,

 sigo creando en tí, aún mas desconfianza.

Amilcar Cuenca