santos castro checa

Sombras del alma

 

Sombras del alma

A: Hugo Emilio Ocanto, poeta e intérprete,

  hermano y confidente amigo.

El cantor y su interpretación más triste

                            de ilusiones encubrir.

Ya de entre las sombras versare en los misterios,

iluminare a lejano escenario antorchas de los silencios

¡oh! ... faroles, esos, los noctámbulos del alma.

Cantar con dolor cierto el narrador de la vida y sus preceptos,

cantar al drama y al trama cotidiano

-¡Que haya y vaya quien viajare entre las sombras!…

que se acomodare entre los tablas un mediocre esqueleto,

y que acariciare la fría entrepierna de una amante muerta

¡pobre Judas entre las sombras vil tomento!

y que le tentaren con la gloria al hombre de los sueños,

al hombre de la garganta pródiga y el alma blanca,

como le haría Satán al Cristo del Israel infiel;

que le ofrecieren la gloria y aún el infinito

reclamando su alma en sacrificio.

Y aún, no es todo...

Él mirar al Cristo orar entre los cardos.

Él mirar las rocas que una lagrima derramen.

Él correr sobre los valles de las sombras ¡ay! huyendo de la muerte.

                                 ¡Quién pudiera!

¡Ah! ¡Quien pudiera decirle al mundo! ¡Oh, humanidad!

Que hay un corazón dolido por la indiferencia.

Que está muriendo la razón y la conciencia.

Que nuestro cuerpo es un templo de inmundicia.

Que ha cedido nuestra razón a la impureza.

Que pedimos y poco damos y aun nos quejamos

Y aún, no es todo.

Besar la pureza de los labios en primavera joven,

y a las hojas secas que asolar el viento, al otoño y su nostalgia…

Ya todo pareciere fantasía el cantar del loco triste.

Ya muchos se preguntarían el porqué de su tristeza

¿A quién le canta el loco triste de alegrías muertas?

¿Quién podría besar la pureza de los labios en primavera joven?

¿Quién podría refugiarse hacia el olvido entre los huesos de un esqueleto frío?

¿Quién tentarse evadir la negra muerte del cruel valle de las sombras

con el Cristo de la herida que lacerar centurión perverso?

¿Quién exclamaría con sed de amor en el  erial de una rancia despedida,

ambrosía, ternura,

la sonrisa de un niño,

el abrazo de un amigo,

el despertar de un amor dormido…?

 

El  cantor triste mirar al mundo, hay nostalgia en su mirar.

Y cantar aún más triste.

Y en su clamor transmitir contrito

al dolor de un poeta y su pluma de oro, 

con su alma noble con rigor de roble...

él cantar aún más triste...

 

Autor: Santos Castro Checa
Mallares – Perú
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