Raul Gonzaga

Oh, Mi divina ilusión

Oh mi divina ilusión, ¿por qué te desvaneciste?

Simplemente te perdiste, sin decir siquiera adiós;

Fuiste como un bello sueño -no quería despertar-

Mi vida era ese soñar, pero ahora estoy despierto;

 

Y es tan grande mi tristeza, tanta la desolación,

Que mi pobre corazón ha perdido su entereza;

Y con el llanto en mis ojos, he aceptado mi destino:

Seguir por este camino, abandonado y de hinojos;

 

Sé que tú no volverás a recordar tu pasado,

Será un momento olvidado, espejismo nada más;

En cambio yo seguiré tan solitario, entre espinos,

Con el ánimo caído por la ilusión que se fue;

 

¿Hacia dónde partirás? Nada me debe importar,

Tan sólo sé que jamás de mí tú te acordarás;

Fuiste divina ilusión, fuiste ese sueño imposible,

Fuiste aquella alma sensible que de pronto me olvidó…