Raúl Daniel

Amor Verdadero

 

Mucho se habla del amor, (tal vez demasiado),

todos creemos tener razón, ser sinceros al manifestarnos,

nos guiamos preferentemente por lo que nos ha pasado,

y nuestra opinión sólo es la sangre que mana nuestra herida...

 

Acaso: ¿nos avalan los fracasos? Dice un refrán:

“Cada uno opina de la fiesta según cómo le fue”,

yo digo que lo mismo es con la vida...

y ¡todos terminamos queriendo ponernos la toga de juez!..

¿Somos todos maestros?, ¿nadie quiere aprender?

 

En los libros y en los ancianos está la sabiduría,

por ejemplo: ¿Qué dice sobre el amor la Biblia?, ¿la leemos?...

¿Es desinteresado el amor que ofrecemos?

o ¿solamente negociamos nuestros besos... nuestros cuerpos?,

¡a no quejarse luego!... cada uno tiene el amor que consigue,

el que construye, el que mantiene;

el amor no se encuentra, el amor se merece.

 

El verdadero amor no hace mucho ruido, sabe darse en silencio,

hasta en secreto; convence con lazos de ternura, vence, siempre vence,

con alegría, con fuego y con respeto;

el verdadero amor sabe cuando tomar y cuando abstenerse.

       

No se puede practicar con las personas como si se tratase de un experimento...

el amor no es un juego y en él se debe poner lo mejor de nos,

la victoria está en la sinceridad del sentimiento,

las emociones pueden ser engañosas; debemos amar con el corazón,

pero también con el cerebro.

 

Hay un enorme bagaje de historias de amor, mezclado con intereses y celos,

de las que podríamos tomar ejemplos,

pero el verdadero amor no tiene nada de esto.

¡El verdadero amor es tan puro y claro como el mismo cielo!

       

Si quieres amar, ser amado (o amada) y no fracasar, ¡aprende primero!