A. Cuenca

Llora alma; LLora!

Llora mi alma; porque ya no puedo entender lo que siento,

pero sigo buscando respuestas, gritando al cielo.

Que  mundo cruel, de sentimientos finitos,

que van y vienen, que hieren mi alma hasta la muerte.

 

Lento pero seguro, me voy despegando de mis defectos,

ya siento vanos a mis efectos, llenando de lágrimas a mis perdidos afectos.

Ya hace mucho tiempo que no recuerdo como era el color del cielo,

voy arrastrando mis pasos, sembrando lágrimas al paso del tiempo.

 

Frío y mas frío,

mi alma en llamas, y el corazón despedazado por el vacío.

Rompo el silencio y grito auxilio,

y mientras me das la espalda, y tu alma se hace hielo frente a mis sentimientos.

 

...y te voy perdiendo; y te vas perdiendo; me voy quedando solo con este antojo,

deseo cruel de tener tu amor, pero he obtenido a cambio, solo tu fastidio y enojo.

Dentro de mi, algo se está muriendo; no es lo que por ti siento,

es mi alma que ya todo lo entiende,

y va muriendo con la ilusión de poder brindar amor a quien ya no me ama.

 

Ningún amor reemplazará tu adiós;

ninguna alegría reemplazará el dolor que dejarás en mi alma.

Mis sueños ya estaban cumplidos cuando había elegido estar contigo toda la vida.

…pero tú, tarde, decidiste quitarme mis sueños de poder amarte.

...y muera quien muera, caiga quien caiga,

para ti, como para la gran mayoría, la vida sigue, aunque sea pisando cadáveres si hace falta,

matando a sable, caiga quien caiga…

El amor…! El amor ya no vale nada, caiga quien caiga.

 

Mi vida de ahora en adelante me despedazará el alma,

por no estar juntos y unidos en familia, por no poder mantener mi hogar,

porque eso era lo que me daba calma.

 

Que triste es ver que puedes dejar de sentir como si jamás me hubieses amado,

que puedes darme la espalda a pesar de los años que te he estado a tu lado enamorado,

…y si bien errores he cometido, mi promesa de amor yo he cumplido,

y por amor, he cambiado, solo no he cambiado lo mas preciado,

porque aún con tu desprecio, te sigo amando.

 

Y como duele, como se retuercen mis débiles entrañas,

cuando las mariposas del amor, en soledad golpean las paredes del alma…

 

Llora alma…!Llora!

…no encontrarás consuelo, mas que en tus propias lágrimas.

Llora alma; llora tu lamento; aunque solitario y jamás sane la herida.

Llora alma; llora!

...por favor llora, hasta que no te queden ganas de vivir la vida con esta falta.

Sangra corazón, ¡sangra!,

hasta despedirte de esta muerte,

para vivir...la eterna calma…

Amilcar Cuenca.