esthelarez

301. a La DoNcEllA qUe AmO

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301. a  La DoNcEllA qUe AmO

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Una chiquilla tan bella, que la noche matizada

con el alba combinada, navegaron en su piel.

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De azabache su cabellara ondea siempre que ella danza

para marcar su cintura de sirenita encantada.

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El viento que silba y canta la besa en su caminar

de destellos florecidos en su mirar primaveral.

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En sus labios dibujados de pétalos encarnados

se reventó una granada de miel y Amílcar fragante

para encender el amor de piratas soñadores,

caballeros arrojados y príncipes encantados.

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Su silueta torneada, es esbelta y concluyente.

Y su alma esplendorosa  alumbra radiantemente

soñadora en la primavera andante…

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Muy hacendosa en su hacer, es responsable

y virtuosa. Luchadora, esplendorosa,

de nobleza y amor es plena,

aunque a veces se cree envolatada

con tanta urgencia planteada

que desconfía de su hacer.

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¿Cómo no amar tal doncella?

Si es el mayor regalo que la vida me concedió

y en el viento se agitó mi vientre empoderado

como el de mi madrecita amada,

cuando en fortuna me abrigó,

juntando las alegrías de retoños encarnados

por el milagro de vida

que entre suspiros floreció,

hijas de amor en el corazón.

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Te bañan bendiciones... en la infinitud

de tus pasos por la senda de la vida,

que en libertad construyes...

en su momento al llegar...

es el tener las riquezas de primera en la salud,

abundancia, prosperidad e incalculable nobleza,

paz y felicidad en cada plano de tu vida

encuentro de la gran ventura, fructífera y piadosa,

el crecer en el amor, el candor y la ternura

ha de convertirse en felicidad en el alma y el corazón

por todo el tiempo que dure tu estancia terrenal

y que en presencia de ésta, en mi sentir... te promuevo

con mi apoyo por ser tu madre, desde mi amor que es grande,

ternura y fragancia por siempre... incondicional ha de ser,

porque mi hija eres y por siempre te bendigo

en el orgullo que tengo del fruto que creado

con la licencia Divina, madura independiente

y el triunfo grandilocuente tu persona ha de abarcar

en tu realización plena en persona y espiritualidad.

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Al Gran Dios, en su conceder siempre he de agradecer

por concederme el milagro que data en la creación

el más grandioso regalo que es dar vida, en el mundo terrenal.

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[R.D.A. Esther J. Londoño Arbeláez -esthelarez- de Colombia]

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