denis granda

LUZ…

Y mi mete seguía vagando perdida por su sencillez, su vitalidad y casi siempre su compañía, tal vez era la cosa por la cual había esperado siempre, tal vez ella resolviera mis asuntos; y espere a que tal vez ella decidiera por mí, porque mi mente y mi corazón se contradecían cada vez más sin decidir para bien o para mal. Yo por mi parte, seguía observando esa luz como esperando una señal, una guía, una esperanza.

Mi vida jamás había tenido algo que ocupara tanto tiempo y no se resolviera, pero esa luz permanecía en mí al llegar a casa, todas las mañanas al despertar su blanco y su pureza llegaba a mis ojos y aunque en momentos se tornaba molesta reconozco que me brindaba seguridad y compañía.

Ella me llevaba a los caminos para elegir y aunque no elegía por mí me acompañaba y me amaba. En ocasiones me moría de ganas por abrazarla aunque no lo pudiera sentir por su suavidad constante que permanecía en el aire; admito, que muchas veces me angustiaba cuando no sentía su presencia y me sentía tan frágil e indefensa que pareciera como si ella lo adivinara porque solo pasaban unos segundos y ella volvía y prometía no alejarse hasta que me llenaba de seguridad y me salvaba de todo.