A. Cuenca

Amar sin conocer la razón

Ya no puedo fingir más mi indiferencia,

quiero que sepas que me hace mal tu ausencia,

y aunque intente pretender demostrarte que puedo olvidarte,

aún me hace daño mostrarte quien nunca podré ser.

 

Jamás seré aquel que pueda darte la espalda,

matando este amor que arde en mi pecho.

Mientras a fuego lento se queman mis entrañas,

las lágrimas calman,

cual sueño de un pronto deshielo que ablande el desamor de tu corazón.

 

…y quisiera poder extender mi derecho de amarte,

y con un beso quitarte una vez más el aliento,

mientras en tu alma se graban profundo,

 mis más grandes sentimientos de amor.

 

Deseo poder entenderte mis manos, rodearte con mi abrazo,

y con este deseo de amarte, profundamente sanarte todo dolor en tu corazón,

…y como un suave viento en calma, soplar de tu mente con ternura,

todo aquello que por ser humano te creó desconfianza,

 mostrándote ser quien no soy.

 

Si pudiera; por siempre y eternamente en un instante,

una vez mas robarte ese amor que tu me entregaste,

para cuidarlo junto al que de mí sabe amarte…

eternamente junto a mi corazón.

 

…y en un sueño profundo, Dios me quite este dolor de mi alma,

cuando al despertar ya tenga nuevamente tu amor,

y con un suspiro lleno de esperanza, en tus brazos me encuentre,

mientras con una lágrima rodando por tu mejilla,

me digas que me amas, como yo a ti, sin conocer la razón.

Amilcar Cuenca.