Don Ignacio

Ayer y hoy

Ayer vivíamos amándonos sin medida ni de tiempo ni de espacio

hoy vivimos ignorándonos dulcemente

ayer vivíamos anudados de las manos

hoy nuestras manos caminan tan vacías como el espacio negro

ayer  tus pies se enredaban a los míos 

hoy nuestros pies están tan fríos, tan solos

ayer todas mis palabras eran para ti

hoy mis palabras se me vuelan con la esperanza de encontrarte

ayer mi cabeza dormía en tu pecho de luna llena

hoy mi cabeza se tambalea y no sabe dónde ir

ayer no soñaba contigo porque mi sueño se había hecho realidad

hoy vuelvo a soñar contigo razón de mi desvelo eterno.