LIZ ABRIL

IMPACIENCIA

Con el alma impregnada en poesía,

Con la música vibrando en la piel,

Acá estoy persiguiendo fantasías…

Sin hallar lo que tanto ambicioné.

 

¿De qué sirven las notas, las palabras?

¿de qué sirve este fuego que camina

Impaciente en mi sangre y mis entrañas

Mientras transcurre alrededor la vida?

 

Acá estoy. Desprovista de esperanza.

Acá estoy. Despojada de ilusión.

Acá estoy. Empolvada de nostalgia.

Acá estoy… masticando decepción.

 

Hastiada de correr tras mil quimeras,

Hora tras hora deshojando sueños,

Presintiendo una dicha que no llega

Y fingiendo un sosiego que no tengo.

 

La musa inspiradora de mis versos

Dormita acurrucada en un rincón,

Mientras se agotan ansias y deseos,

Mientras el tiempo me hiela el corazón.

 

Acá estoy... Ésta soy… la prepotencia

Con que exigí ejercer mi libertad

Se fue aplacando al llegar la experiencia

Con los años y la realidad.

 

¿Ahora a quién exigir mis derechos?

¿Ahora a quién clamar por la justicia?

¿a quién gritarle que dentro del pecho

Duelen y sangran antiguas heridas?

 

¿Para qué sirve el alma de un poeta

Si debe sucumbir en soledad?

¿De qué sirven la música y las letras

Si las cadenas no pueden cortar?

 

¿De qué sirve mi voz si no la escuchan?

Su eco es un viajero rumbo a la nada,

Se mi escudo y mi espada en esta lucha…

¡Dios! ¡No quiero esperar hasta mañana!