Hugo Emilio Ocanto

Tu despedida (Poema) Autor: Santos Castro Checa - Interpreta: Hugo Emilio Ocanto

¡ Cómo duele el alma!

que un poco de veneno vierte

en la lúgubre copa de los odios,

que posee en sus purpúreos ojos,

un lamento que, en el silencio,

expiran las confidencias...

Cuando miro a mis párpados, tiemblan,

y mis ojos húmedos,

son como crisoles frágiles,

rotos en la indolencia...

Mi lengua fría como aterida,

va huyendo como la piel

de los huesos  va huyendo,

en la región de los gusanos tristes...

Mis labios tienen la enjutez

de sombrío sepulturero,

que en cárcava negra

las ilusiones encubriera oscura,

en un lóbrego rincón

de gemidos olvidados...


¡Tan  intenso tu recuerdo fresco!


¿Cómo respiro si de espanto

muerto estoy viviendo,

cuando vislumbro tus labios,

¡rígidos, impávidos!,

como cadáveres en el destierro?

Entonces, mi alma triste recoge,

casi deshecho, casi en cenizas,

un corazón agónico

evocando trémulo tu nombre

que, en el último latido,

advierte volar  los bártulos

que pregonan tu éxodo cruel

en las frías tinieblas del ocaso muerto...


Trágica función circense

en prosaica actuación...


Hoy nostalgia hiere mi alma;

tormentas y mentiras llora mi alcoba...

¡Que nunca pude estrechar un amor verdadero!

¡Como hiedra que abraza, y tritura, ¡se deleita!

Para terminar mis pañuelos tristes, con afán pérfido,

en la soledad de un puerto

de proscritos barcos

en la mar perdidos...


Ella, ¡cual gaviota!,

en la inmensidad de los océanos,

su vuelo quebrado perder su magia...

Ella se marchó

a la eternidad de los recuerdos...

Ella me condenó

a la crueldad de los olvidos...


Cuando me miro no me conozco

¡fatalidad!

y sufro tu recuerdo, porque tú también

al recuerdo mío mortal sufrimiento

mi calor ausente;

porque, cuando se ama se vive con espanto,

se vive un día, pero se muere...

toda la vida...