Una fortuna que no sé aprovechar,
Un dolor que no puedo soportar,
¿Dónde están los amigos que solían escuchar?
¿Dónde están los días felices que podía soportar?
Lagrimas ajenas;
que duelen en las venas,
Gotas que caen retentivas;
¿Qué será de mi futuro si no elijo una vida digna?
Un vacío que no puedo soportar,
En mis anhelados recuerdos no basta con suspirar,
No basta con solo reír ni con dejar de sentir;
Debo pagar por una ciega justicia que es difícil aclarar.
La consecuencia de una diversa vida,
De un modo de pensar¿Cómo pensar?
Cuando las decisiones son difíciles;
Cuando cada paso es un final.
A lo lejos me veo perdido,
No hay caminos que tomar;
Nadie te escucha…
Nadie te apoya…
Nadie de los que imaginaste, te quiere guiar.
Un Piano sonando en mi mente,
Una pieza que salió sin mucho pensar,
Un momento instantáneo para pensar… Para meditar.
Un Veneno que en mis pulmones se aloja, pero que me hizo reaccionar;
No quiero saber del destino,
No quiero saber que hay más allá.
Es mi punto débil que me tocó enfrentar.
Quiero suponer que fue una luz,
esa luz que necesité para intentar despegar.
De los matices elípticos llegó mi actuar,
Lo que no pude hacer, lo que en mi mente no se puede dominar.
Ruego al cielo, pero siento que ya no me va a escuchar,
Busco soluciones sin a ellas poder llegar.
No puedo Pensar…
Quiero pensar.
Pensamientos Caóticos que no soportarias,
Pensamientos liosos de los que nadie se atrevería,
Un laberinto en plena oscuridad,
Un sofoco excesivo que no te deja planificar.
Más allá…
Ya no puedo respirar...
Los Esfuerzos caen por mi debilidad.
Ya no quiero saber… Solo una cosa ha de importar.
Gracias debo dar…
a las cosas inmateriales que ligeramente me han hecho avanzar.
Lo poco espiritual que me queda.
Un sueño del que necesito despertar.
Un protocolo al que me necesito adaptar,
Seguir esa corriente que te hace arrastrar…
casi muerto… mal herido.
Sabiendo que si todo empeora tu vida se habrá perdido.
Es algo largo ¿realmente me importa?
La inmundicia de mi mente que se acomoda,
En 2 segundos veo pasar mi vida…
Como la muerte cuando juega a ser genocida.
Un desespero lejano…
Ese grito ahogado,
esa victima indeleble que se niega a desparramar;
a morder ese suelo del que tanto le ha costado poderse levantar.