Nicko Schroder

Carta a un puente sobre un río tóxico

Yo no sabía que existías, pero ahí estabas.

No sé que tan consciente eres de tu condición de puente,

pero me ayudaste a cruzar al otro lado... Sin tí no me hubiese atrevido.

Me gustaría sentarme contigo a tomar un café 

y charlar de mi nueva vida al otro lado del río,

pero francamente no será posible: A los puentes no se les vuelve a ver jamás.

 

Espero que leas esta carta, puente sobre el río tóxico.

Es necesario que sepas lo importante que eres 

para muchas personas en busca de un cambio, de una nueva dirección.

 

Antes de despedirme quisiera contarte que estoy caminando en diagonal,

bebiendo de un río de aguas claras, puras, honestas, amables.

He puesto aquí mi sendero, he encontrado lo que quería ser. 

 

Te mando un trozo de mi tinta, sé que la usarás bien.

Atentamente, 

Peatón.