Josefina 46

YAKY DOS

Llegaste de pequeñita a nuestro hogar

en el lugar de nuestra primera perra,

pues tu amo se sentía muy triste

al haberla perdido a ella.


Te pusimos su nombre

aunque en nada te parecías,

traviesa y peluda tanto crecías

que casi en su casita no cabías.


A tu amo le devolviste tanta alegría

que de Yaky Uno casi se olvidó,

reanudando los bellos momentos

para disfrute de los dos.


Salíais al despertar el alba

cuando tu amo quedó inactivo,

cruzando valles y montañas

siendo tú su hobby preferido.


Pero un mal día tu amo enfermó

y tú y yo a él nos tuvimos que adaptar,

sentada paciente solías mirarnos

mientras le ponía las zapatillas de pasear.


Salíamos los tres hasta que empeoró,

siguieron largas horas de vigilia,

tú, echada a los pies de su cama

casi un ser humano me parecías.


Ahora que los dos me habéis dejado 

y salgo a pasear sin ti y sin él,

de los campos se apagaron sus colores

y el eco de tu nombre se ha dormido sin querer.


Fina