lemos maximiliano

Muerte imparcial


 


Cruel martirio de una noche que me congela los huesos,
me lastima por dentro en cada respiración y me abandona.
Y entiendo que esta tos que me persigue es el intento
marginado de un cuerpo tratando de expulsarte de adentro.


Este silencio es el llanto incontrolable de un alma
que no encuentra esa luz que tu mirada propagaba sutilmente.
Ya no encuentro las palabras para explicar cuanto dolor
causan las espinas del olvido envolverme el cuerpo entero.


No más, ya no hay dolor.
Se escurre en el llanto en el lamento eterno.
Siempre susurrare el silencio, viviré aturdido por él,
y por la ausencia de una sonrisa
que ya ni mueca disimulada es. 



Lemos Maximiliano Daniel.
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