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Se Fue Nuestro Sabor Cubano

 

 

Tu mi amol,
que viniste de la tierra cálida,
envuelta en finas sabanas,
con el sabor de la Habana.

Tienes en tu mirada
el dulce sabor del chocolate,
y en tu caminar
toda la alegría cubana.

Es tu acento
de suave ternura,
donde nos perdemos
como en la mar brava.

Tu condena, mi alma,
no tener referencias, tú
que agarraste con tus manos mas oficios,
que estrellas hay en el cielo.

A la muerte convocaron al juicio,
sobran los testigos, está claro el veredicto.
Y mientras, Judas se esconde entre
las faldas de su madre, -¡Mami! ¿quien será el siguiente?.

Y en la fuente fría, entre el
susurro del agua, que conspira,
Poncio lava sus manos, ¡manchadas!,
de sangre y mentira.

En el suelo, la serpiente recoge el agua,
con un mocho rojo todo lo limpia,
y en sus colmillos, fresco está el mordisco
que mató a mi amiga.

Aquí nos quedamos solos
sin ese sabor cubano,
sin tu ázucar
¡que es la sal de nuestra vida!

Ahora pequeña, ¡eres libre!
porque tu alma vuela en una paloma.
Ya te libraste de esta condena
que tanto pesar te daba.

Tus blancas alas se van alejando
entre la tranquila brisa marina.
¡Adios mi paloma blanca!
adios, de todos los chicos Smash.

Y cuando nos mires desde el cielo, recuerda,
que en nuestro corazón, siempre estarás.