Danniello

Descafeinado.

Hoy todo me sabe amargo.

Abandone toda mirada al porvenir,

todo se ha vuelto absurdo, gris,sinsentido.

 

Las noches que desamparado soñé con tu amor,

las noches que ese amor hicimos,

y aquellas que soñé de como lo hacíamos.

 

El profuso aroma de tu cabello,

igual de abundante que

el tono almendrado de tus ojos.

 

Tus pálidas piernas

las ásperas cicatrices en tus rodillas

y la tenue caricia de tu mano sobre mi piel;

 

Todo eso se ha vuelto plano,

lo describo a detalle para acentuar

su sórdida estupidez.

 

Escucho una melodía,

se torna poco a poco tan monocromática

como si plasmada estuviera en papel.

 

Un rayo de sol,

que mi cortina vuelve difuso,

el que con ternura abre mis ojos;

 

El sonido del prensar de las naranjas,

pan recién horneado, un café

y el típico aroma del rocío matutino,

 

aún todos juntos no me rebatan éste displacer.

 

Crías somnolientas camino al colegío,

ancianos que por las noches charlan a la par de un encuentro de ajedrez,

también los que optan por acudir a clases de baile de salón.

 

Por las noches los \"saltones\" chirriando,

un grifo que no para de gotear;

 

¡Que inmundicia! ¡hoy todo eso me da igual!

 

Todo instante y evento perdió toda sazón

entonces,

¿que objeto con toda ésta palabrería?.

 

Pues en este día lleno de vacío,

 queda la esperanza que encuentres y leas esto;

 

Vuelvas conmigo y sonrías,

sonrías,

para devolverle a mí mundo un motivo,

para darle a mi mundo su ser.