Octavio97

Reflexiones Matutinas.

Sentado frente a aquel ventanal,

por el que entra la tenue luz de un amanecer que nunca ocurrió,

pienso en tantas cosas.

Pienso en aquellos gritos, que nunca se escucharon.

Pienso en aquellos deseos, que nunca se desearon.

Pienso en aquellos pasos, de quienes ya no vendrán.

Y hablo con la misma certeza con la que escribo.

Confiando, en la confianza que nunca me tuve.

Frente a mí, aquella pava con agua caliente,

que guarda los mates que nunca voy a cebar, tal vez,

por el sentido de ausencia que trae acompañarse de soledad.

Tal vez, por no atreverme a compartir tan grato ritual conmigo mismo.

Por aquel ventanal ya no entra la luz de aquel amanecer.

Tan solo, fue cubierto por aquellas nubes que pronto aparecerán.

Por aquel ventanal, se escapa la poca cordura que guardaba.

En un lugar que nunca tuve.

Escucho los llamados cantos del ave que pide a gritos ser liberada.

Escucho las destructivas palabras, de la pobre voz,

que hace tanto guardo en la mente, que ya no uso.

Sobre aquellas nubes, se encuentran las formas que nunca tuvieron.

Se encuentra mi vida.

Se encuentran mis sueños.

Se encuentran recuerdos que ya no recuerdo.

Se encuentran palabras que nunca dijeron.

Se encuentran misterios que fueron resueltos.

Se encuentra la vida de aquel hombre muerto, que dio lo que pudo,

y perdió hasta el cerebro.

Se encuentra la luz de un amanecer, cubierto,

de nubes de muerte, de vida y de sueños.