kavanarudén

Conocerte es amarte




Conocerte para mi, es….

mirarte atentamente. Observar: tus movimientos, tus ademanes, tu sonrisa, tus gestos de preocupación, de atención, ese movimiento sutil de tu cejas, las comisuras de tus labios, tu cuerpo desnudo mientras duermes a mi lado, tu concentración al manejar, el brillo particular de tus hermosos ojos claros. Tu movimiento al caminar mientras te acercas o te alejas de mi.

 

Escuchar hasta tus sutiles silencios; el sonido de tus pasos; la gama variada de latir tu corazón: sereno, excitado, alegre, preocupado, feliz…; tu suave roncar; tu respiración cerca de mi cuello; el sonido encantador de tu voz; tu sutil desafinar mientras cantas bajo la ducha; el afinado acento español y el sensual francés; tus pasos cuando te acercas. Escucho con placer y atentamente: tus consejos, tus enseñanzas de vida, tus deseos, sueños, preocupaciones, desencantos, derrotas, éxitos, dolores, sufrimientos, ese modo particular de decirme: “te amo, te quiero mi amor, eres importante para mí”

 

Oler ese tu singular olor; el sudor de tu piel; tu aliento; tu almohada, las sabanas en la mañana cuando te vas a trabajar y me quedo en la cama añorándote; tu perfume favorito que adquiere un toque particular en tu piel; la fragancia de tu pelo mojado; tu cuerpo recién salido de la ducha; el aroma de café que emanas, apenas llegas de tu trabajo, después de tostar ocho horas el preciado grano.

 

Gustar el sabor de tu piel, de tus besos, de tus labios. Degustar, hasta embriagarme, tu saliva que se mezcla con la mía, creando un elixir divino; tu cocina sin igual, tu sazón inconfundible. Tu esencia que me enloquece, me hace perder la razón hasta tocar el cielo con mis propias manos.

 

Tocar todo tu cuerpo, tus cabellos, tus brazos, tus pies, tus piernas, tus partes íntimas. Acariciarte hasta quedar exhausto. Cerrar mis ojos, pasar mi dedo índice, por todo tu perfil, mientras estamos en la cama, en penumbra, una experiencia mística. Tocar y masajear tus pies cansados, mientras, sin querer te adormeces, signo de entrega y relajación total.

 

Mientras más te conozco, más te amo.

Quiero seguir conociéndote hasta la eternidad ya que siempre serás un misterio que descubrir, que aprender, respetar, escrutar.

Gracias por ser y por el amor que me das. Siempre tuyo.