GustavoGonzalez

Tras la muerte el amor

 

He teñido la tormenta

del color de fantasía

y a tu mundo, vida mía,

adorné con la quimera

de este tiempo que nos queda.

Una noche, solo un día,

o la breve melodía

del cantar de una moneda.

 

Cuando doblen las campanas

y se alejen nuestras manos

solo habremos separado

las letras que no hablan.

 

Que la voz queda en el alma

que los dos nos entregamos,

alma eterna en el milagro

de querernos sin mañana.