ivan semilla

BENEDETTI

Quiso encontrarle el sabor a las palabras,

ir más allá,

desnudarlas letra a letra

y degustarlas como ese vino largo

que se palpita lentamente en sobremesa.


 

Acomodándolas en los frescos estantes de sus sentimientos

les miró las formas,

les habló en voz alta

y se subió en el acento musical que da la rima.


 

Construyó canales de simples amistades

y con su lucha de justo hombre decente

se transformó en un padre,

amigo,

confidente.


¡Maestro mío!

observo que en tu alforja

fuistes guardando el canto y la esperanza

donde se forja la fe del que mañana

quiera beberse las letras de tus libros. 


Yo te prometo el más fiel de los recuerdos

mientras me queden fuerzas todavía:

Que con mis ojos,

ávidos de encuentros,

me regocije,

noche a noche,

tu poesía.