Donaciano Bueno

Zazuar

Sobre la parda estepa burgalesa,
un punto para mi dulce y querido

altivo entre pinares vive erguido
al tiempo que sus pies el duero besa.

 

La iglesia vigilando está la vega,

otea la cigüeña el campanario,

el río corre al frente solidario,

recostada dormitan las bodegas.

 

Con sus casas de adobe arrebujadas,
sus plazas con sus fuentes adosadas,
sus gentes dedicadas con esmero,


feliz pasé los años de mi infancia
disfruté de las flores su fragancias.
y allí viví también mi amor primero.