Julio Cortazar

Poema urbano.

   Me siento al margen de una ideología en blanco y negro.

 Es casi surrealista pensar cada punto que rellena ese espacio

inmovily fluctuoso navegando en la inmovilidad

rígida  sin mutar en dirección  alguna tu integridad.

Tú eres sin pensarlo tú misma (creo en eso)

 igual que el mundo inverosímil y transitorio

que día con día tus ojos observan su felicidad,

y sin saberlo o quizá el flujo de tu voz muda

de una palabra a otra según la expiación  fónica

de tu estado de ánimo puritano.

   La misma casa, el mismo parque, los mismos sueños inmóviles

de una fotografía dentro de imágenes explícitas

me roban el aire y te regalan más que eso,

te obsequian la libertad de sentirte mujer

en una urbe donde los sexos arden

parejos, cómplices de crímenes  íntimos

haciendo bifurcación entre tu sonrisa y un conato

inecesario de gemido  aparente donde el sostener

se hace promesa y los cuerpos se hastían

de probarse el uno al otro que son felices.

   Te ves tan bella en este folclor

necesario, misterioso y transeúnte

a mitad de un embaimiento sin sabor

donde eres más que la mitad tejiendo mi dolor.