Cuando llegamos al otoño de la vida,
vivida con total plenitud y amor,
cuando dimos todo, con lucha y ardor,
y pensamos tener todo resuelto.
Cuando vivimos rodeados de cariño,
de la ternura de nuestros niños,
del hombre que tanto nos quiso,
pensando tener un final feliz,
viene cruel el destino y todo nos arrebata.
Entonces quedamos en medio,
de una gran soledad y dolor,
sin saber que camino tomar,
si seguir viviendo o morir.
El destino nos da otra chance,
para rehacer nuestras vidas,
y dos opciones nos quedan,
para curar las heridas.
O seguir llorando solos,
inmersos en la oscuridad,
o tomar lo que nos brinda,
un hombre con sinceridad.
Vivir solo es una agonía,
que nos regala la vida
y ahí está la encrucijada,
de dejarse amar solamente,
para tener compañía.
Esto que estoy contando,
con el alma en la mano,
es la terrible realidad,
de lo que me está pasando.
¿Tomo un amor sincero,
que se me brinda por entero?,
y me quedo sin esperanzas,
de poder volver a amar?
dejándome llevar,
de la mano leal y franca,
del que me brinda su amor,
olvidando mis esperanzas?.
O quedarme sola y llorando,
cayendo en profundo abismo,
del que ya nunca podré salir.
Se hace dificil la vida,
cuando lo pierdes todo,
y no tenés otro modo,
que el de dejarte amar,
por no sentir esta soledad,
que de a poco la vida te arranca.
MARIA HODUNOK.