Albin Lainez

lúdiko

Sombrías las aguas de morirse mirarse a ratos las manos con ganas arrepentidas guardadas en un cajón cabeza abierta de madera y lumpen que medita zen
menlodo me solazo sin tener algo deseable que decir pero hipando a ras de piel tántrica madresanta con tanta tontería que anda de acá parallá de paso cañazo como si nada de lo escrito hasta aquí fuera menester llevar a práctica suicida en cornisa donde arrojarse a los brazos del vacío percibido de golpe y porrazo de un solo saque o tiro entre los ojos hartos de espera también tedio con semejante paladar en su sitio cayendo de cielos del lado de los pasajeros los pájaros apretados apurados por llegar de una vez y para siempre
al lugar de los hechos
triza