Estela Kobs

Ojos marrones

 

 

Amo esa inexplicable mirada

Que a veces me confunde,

parece odiarme sin causa,

pero... ¡me ama!.

Y esos  ojos inmensos, profundos,

eternos ojos marrones... míos.         

 

Tus ojos esquivos me miraban,

serenos por un segundo

y nos carcomía lo prohibido.

Fue su luz atrapadora

y luego como en sueños,

“ese vuelo celestial”.

 

Hoy tus ojos me miran de frente

y te amo inexplicablemente.

Aún hoy me confunde,

parece odiarme sin causa

pero ¡me ama! tu mirada.

 

Nuestros ojos clavados en el infinito,

nuestros labios mojados, ardientes

más rojos que el pecado.

Mi espalda tiembla, se exalta,

la precisión de tus dedos descubren

las incalculables rutas de mis deseos.

 

Esos ojos inmensos, profundos,

eternos ojos marrones... míos;

el rito divino de este amor tierno... ¡salvaje!.