micaela fernandez

¡ No me sueltes !

 

 

Atraviezas esa distancia tan inmensa que nos separa,

ese océano que se interpone entre nuestros continentes,

Tú en el norte y Yo en el Sur,

Tú ahora viviendo la primavera y yo viviendo el otoño.

Y te apareces a través del monitor,

aveces nos vamos a la isla, otras nos quedamos y

Te quedas despierto hasta muy tarde para que podamos charlar,

y me tiendes tu mano, me enseñas, logras que crea en mí,

me pides que me mire en el espejo y que 

comience a creer en esa Mica que veo,

me pides que me arregle, 

que comience a quererme

porque queriéndome

voy a comenzar a querer mejor a los demás.

Me alientas a seguir,

a que comience a escribir otra página de mi libro,

a escribir en una hoja nueva pues la vida es una sola

y está hecha para ser vivida;

entonces no hay que perder el tiempo, 

pues lo único que tenemos garantizado en esta vida

es la muerte sin lugar a dudas.

Mi querido poeta,

compañero de mis noches,

amigo que me acompaña mientras trabajo,

amigo que borras esos miles de kilómetros que  nos separan

para ofrecerme tu pecho y que pueda llorar,

que pueda desahogar lo que mi alma siente.

Me tiendes tu mano, la tomo, te siento muy cerca

y aprendo y te prometo que esta Mica comienza a cambiar,

me has alentado a que lo haga.

Gracias por estar en mi vida.

Tu presencia es una bendición de Dios

y tu amistad el hermoso regalo que me han hecho.