Cuervo4141

Nada es feo, todo es vida aún sin vida.

Se vistió de gala el árbol viejo,

entre murciélagos taciturnos

y fodongas gàrgolas;

hoy balancea cual borracho,

entre las marchitas margaritas, 

que se ahogan en el excremento del suelo podrido.

 

Cae la mañana y llega el osado taladro,

destroza sin misericordia el ego calcinado, 

de ese árbol tan perpetuo y olvidado.

 

Llega también una lánguida gaviota curiosa,

sólo mira la duda y vuela, 

entre lástima y pudor se esconde el Grillo,

bajo ese roido esperpento de raíces maquiavélica.

 

Por fin llega la mano asesina, 

que en sólo tajo, mutila ese monumento de 

vida, sólo por su ropaje de espantapájaros.

 

Nada detiene el delirio, nada cultiva su vida.

De nada sirvió su vestido de gala, 

ganó el ego del olvido,

el espacio de lo bello y la avaricia de sus quebrantos.

 

Se fue el día y llegó el amanecer de un nuevo sol,

entre leves suspiros renace un verde vida,

que abonado entre los excrementos

de las criaturas nocturnas, 

una nueva vestidura se renuevan de ese viejo 

árbol sin vida exterior, pero con gran valor en sus raíces.