diosclide santana

Reencuentro

 

 

Ambos rodamos por los suelos

con abundantes mordidas de labios, todo tipos de labios

con ensordecedores besos en los oídos

lanzando bragas, calzones a la lámpara del techo

hincando codos, rodillas para escalar al cielo

en una orgía de suspiros con varios acentos:

sin tiempo para rebuscar en el baúl

los prescindibles artilugios de la soledad

los óleos benditos de la penetración

los protectores universales de la natalidad.