diosclide santana

Hechizo

 

En mi reloj de bolsillo

las agujas ahora giran a la izquierda

y atrasan inexorablemente mis minutos.

Hoy día, mi brújula  apunta al sur

pierdo de vista todos los caminos:

veo azules a los arboles

transparentes los uniformes policiales.

 

He vomitado par de veces un líquido incoloro

y debo esconder los vasos y los platos

mi hambre solo pide digerir cristales.

El gallo del patio no esconde su jet lag

canta solo a las doce de la noche 

mi gato siamés gasta las últimas dos vidas

peleando por sexo en los tejados

y el perro negro del vecino me ha incluido

en su lista de enemigos.

 

De repente todos los muertos de mi pueblo 

halan mis pies bajo las sábanas

y exigen ásperamente que celebre su día.

Descubro por accidente

entre las cosas que olvidaste

restos de polvos de sapo muerto

usados para hacer el trabajo.