Raúl Daniel

La Iglesia robada

La Iglesia robada

 

Cristo es la salvación

para el mundo afligido,

para esto dio su vida,

por amor a sus amigos.

 

Él fundó una hermandad

y la llamó... Iglesia.

Iglesia es la reunión

de una gran cofradía,

Iglesia no es un pastor,

Iglesia no son ladrillos.

 

Cuando del cielo bajó

nuestro Dios a construirla,

la fundó en doce pilares,

¡apostólica es la misma!,

poniendo a los profetas

en el segundo lugar...

lo tercero, los pastores,

con la misión de cuidar.

 

En los primeros momentos,

cuando Él les enseñaba,

muchos de ellos no entendían

y, hasta uno le robaba

(era Judas, tesorero,

el que la bolsa llevaba).

 

A Jesús, creyentes ricos

le regalaban dinero,

con el que daba limosnas

a los carentes o ciegos...

(cuando la Iglesia nacía,

la plata se repartía).

 

A la hermandad la dirige

el Espíritu Divino,

la Iglesia es la reunión

de los hermanos, tan sólo,

¡no es una institución

ni una organización!,

y hay que desentrañar

la razón de este desquicio:

¡¿Por qué, ahora, la plata

se invierte en los edificios?!

 

Por las casas fue que Pablo

y la Iglesia de Judea,

con sencillez, oración

y gozo es que crecían;

a nadie el diezmo pedían

ni primicias, sólo ofrendas...

y ¡qué los ricos hacían

entregando sus haciendas!

 

Hoy se exprime a los humildes

con las cargas de la Ley,

los ricos hacen su círculo

(el Pastor entra también),

cuando entregan las migajas

lo hacen a grandes voces,

y si se hallan en las calles

a los pobres desconocen.

 

¿Qué chiste es éste que ahora

pretende llamarse Iglesia?,

¿no será la sinagoga

de Satanás?... y pregunto:

¿por qué creyentes sinceros

se van de ella hacia el mundo...?

 

¡Es que fueron estafados,

corrompidos y violados!,

la Iglesia fue arrebatada

por avaros y ladrones,

¡ministros que son del Diablo

disfrazados de pastores!

 

¿Dónde están los apóstoles,

los que hacen los milagros...?

¡Qué risa dan las campañas,

a las que llegan lisiados!:

Un rengo deja el bastón

y baila, ¡qué lindo baila!,

pero en sillones de ruedas

¡se van los que así llegaron!

(En las “Primeras Campañas”,

de Jesús y los Apóstoles,

¡todos salían curados!)

 

¿A quiénes van a engañar

conque alguno que otro “caiga”?,

¡nómbrenme al último ciego

que la vista devolvieron!...

(“¡La Iglesia nos fue robada!”,

llora Jesús en los cielos).

 

Los apóstoles se esfuerzan

y los profetas enseñan,

pero los echan al suelo

y arriman fuego y leña,

la hermandad esparcida

se desconcierta en sus casas...

los ministerios se funden,

se desperdician los dones,

las raíces de amarguras

crecen mientras el tiempo pasa...

y el mundo se va al Infierno,

y la gente no se salva...

 

Estas cosas me han contado,

pero las más las he visto;

cuando vuelvas a la Tierra:

¡¿Hallarás fe, Jesucristo...?!