Luis G Rebolledo

INTIMO INSTINTO

Cuando escucho tus pasos en la oscuridad

Busco y solo encuentro el tenue

Calor de  tus suaves manos rozando mi frente.

 

Pero al sentirte descubrí tu renacer en mí

Alma y la noche se hizo dia, mientras tus alas

 Se abrían como para surcar los nuevos cielos en el

 Ocaso, y así poder descender hasta llegar

 A postrarte sobre los pétalos de  las azucenas florecientes.

 

Más sin antes no olvidar que en tu huida

 Iluminaste de alegría todos los rincones

 De la aurora, abriendo grietas,

Entre mis extremidades pudiendo.

 Así adueñarte de los sueños.

 

Mientras que con aquella mirada febril

Dormitaste el legado de  los Dioses como

 Venus con su aroma de mujer.


Llegaste A mis aposentos fingiendo desnudar

Los miedos guardados en una memoria

 Tan  blanca como la espuma.


Regresas a la orilla de la playa y marcas tus huella

 En la arena, como la fuerte brisa sobre el mar,

 Mientras el conjuro de una tarde gris se

 Desvanece con tu presencia en un solo pensamientos.


LUIGY