Egasoles

La hoja seca

Asfixiada por el tiempo

parece escuchársele temblar

cuando

desgarrada entre sollozos

emprende su viaje final.

 

Zarandeada por viento

se revolverá en el vértigo de la caída postrera

y

ya en el suelo

será pisoteada por el olvido fatal.

 

Sus cloroplastos resecos

se durmieron para siempre

no más fotosíntesis nuevas

no más encuentros con el sol.

 

Sólo polvo

fango

desolación

y su arrumaco de muerte.

 

Efrén Gamarra Soles

Trujillo, Perú, 1998.