Leonardo Torrez

Desteñir la pena

Caminaba por la cintura del sol

con un ritmo que imitaba al de los caracoles

mientras observaba los colores de su pena.

El sol le besó los pies

para apagarle la agonía 

y fue cubriendo los silencios de su cuerpo

con el olor de la tierra mojada

y el sonido de un viejo bandoneón.

Caminaba por la cintura de sol.

Caminaba lento.

No miraba.

Tal vez por eso

no vio al sol curarle las heridas,

y no vio tampoco que su pena 

comenzaba a desteñirse

y la pena perdió colores

hasta quedarse en blanco.

Y cuando pudo ver,

vio que los colores de su pena ya no estaban

y tomó colores nuevos 

y comenzó otra historia.



Jorge Leonardo Torrez

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